Sus obras son retratos del sufrimiento humano, quizás por su infancia difícil. Es una barcelonesa gitana e hija de una prostituta y de un padre del que nunca supo nada; a los tres meses su madre la abandonó, y fue criada por su abuela de una forma un tanto especial: su abuela no la dejaba ir a la escuela, mendigaba por el mercado de la Boquería y en las Ramblas de Barcelona para sobrevivir. 

A los 8 años murió su abuela y fue internada en un orfanato; su suerte cambió cuando una familia adinerada la adoptó 5 años más tarde. Su pasión por la pintura data del día en que la llevaron a visitar el Museo del Prado; se trasladó a vivir a Holanda, donde tubo varios profesores particulares de dibujo y así consiguió entrar en la Gerrit Rietveld Academy, a pesar de que era analfabeta y disléxica,  no tardó mucho en alcanzar el nivel de sus compañeros de clase.

Su obra pictórica de gran formato, retratos fotorrealistas inspirados en Rembrandt con brechas de brochazos expresionistas de Francis Bacon y Tàpies, simbolizando el sufrimiento humano: los disgustos de la vida que dejan una profunda y dolorosa huella en nosotros. 

A parte de la técnica del fresco en una versión contemporánea que es la más conocida; Lita es una artista multidisciplinar, que trabaja el óleo sobre lienzo, dibujo sobre papel, escultura, fotografía, poesía y vídeo.

Os muestro de la obra sacada de su web de la que estoy enamorada: